viernes, 15 de diciembre de 2017

GLACIAR


Cruje el gélido suelo de cristal bajo mis pies. Huyo de este inhóspito lugar sin mirar atrás. Temo que, si lo hago, quedaré convertida en estatua de hielo.

Te lo prometo, he intentado quedarme y ser escarcha a tu lado. Lo dejé todo y seguí tu rastro, en busca del fuego que me ofrecías, que arrebolaba mi corazón. Nada me importó, salvo tus besos, y esa mirada que me versaba la piel.

Noches de nieve perpetuas y tu inmensa frialdad han congelado este gran amor en mi garganta y me ahogo de desamor. 

Ya no queda tiempo para amarnos, se han agotado mis lágrimas de sal.


Fotografía: Oymyakon (el pueblo más frío del mundo)

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