sábado, 3 de febrero de 2018

CAMINO A ÍTACA


Cada día me despiertan gritos horribles, desgarradores, que se niegan al olvido. Quedaron grabados en mi memoria aquellos días de terror, frío y hambre de los que no entiendo cómo logré sobrevivir. 

He necesitado años para aprender a confiar en mí. Tras la liberación de los campos de exterminio pensé que nadie volvería a cometer los mismos errores, que nuestro dolor serviría para evitar otros genocidios, que serían erradicados para siempre.

A pesar de todo, creo que todavía es posible un futuro donde a nadie lo maten por sus ideas ni por su religión, donde la libertad no sea solo una utopía.


Relato publicado la I semana de Febrero en
https://www.cincopalabras.com/ 

Las palabras obligadas, regalo de Juan Carlos Sanz Briz (hijo del Ángel de Budapest)
 y por este orden son:
Memoria - Aprender - Genocidios - Futuro - Libertad.



4 comentarios:

  1. Un relato escalofriante, pero tan real que sin darnos cuenta lo vivimos o lo vemos en nuestro entorno y entramos a un punto de negación sin darnos cuenta.

    Extiendo mi felicitación estimada Pilar por día a día regalarnos tus grafos con excelentes relatos, como también tus versos japoneses, o tus versos de vida, amor y cariño.

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    1. Jorge, agradezco mucho tus palabras. Ojalá aprendamos de nuestros errores.
      Besos apretados.

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  2. Seguiremos pensando que esos ideales son posibles, este relato positivo ayuda.
    Un abrazo, Pilar

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    1. Ángel, que nunca nos falte una utopía que seguir caminando.
      Muchas gracias por tu comentario.
      Besos apretados, amigo.

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